Lucas 20:16 Cuando Cristo regrese desacreditará mentiras sobre él en la Biblia y condenará a pastores y curas que predicaron la Biblia.
Lucas 20:16 Cuando Cristo regrese desacreditará mentiras sobre él en la Biblia y condenará a pastores y curas que predicaron la Biblia.
¿Por qué?, entre muchas otras razones que explayo en distintas publicaciones en mi blog, porque la Biblia enseña que el predicó que a los enemigos debemos amarlos, siendo esta doctrina una de las muchas falsificaciones que los romanos hicieron en contra del verdadero mensaje de Cristo luego de que los romanos, actuando como enemigos, asesinasen a Cristo:
Mateo 5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
¿Tiene lógica que Cristo haya encomendado a sus simpatizantes a que amen a sus enemigos mientras que el propio Cristo se exoneraba a si mismo de cumplir ese encargo odiando él a sus enemigos?, eso sería propio de un hipócrita, no de un hombre sincero como Cristo, pero la calumnia tiene patas cortas, por eso hay pasajes en la Biblia que desmienten esa falsa doctrina, pues hacen referencia a profecías del judaísmo, que son genuinas profecías que los romanos incorporaron en su Biblia, que hacen notar claramente que Cristo odiaba a sus enemigos y que también los odia en su regreso, aquí un ejemplo:
La muerte de Cristo:
Juan 18:24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será; para que se cumpliese la Escritura que dice: Repartieron entre sí mis vestiduras, y sobre mi ropa echaron suertes. Esto, pues, hicieron los soldados.
La profecía asociada:
Salmos 22:16 Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies. 17 Contar puedo todos mis huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. 18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.
Note que el adjetivo «perros» es despectivo, eso denota que el asesinado odiaba a sus asesinos, además son descritos como malignos, es decir, como malvados, Cristo al ser justo solo podía albergar odio por los malvados, tal como lo enseña la sabiduría de Salomón:
Proverbios 29:27 Los justos aborrecen a los malvados, y los malvados aborrecen a los justos.
Justificar a los malvados en su último aliento de vida con palabras tales como «Dios, perdona a esos malvados, ellos no saben lo que hacen», es incompatible con agradar a Dios, y en Jesús Dios se agradaba:
Proverbios 17:15 El que justifica al impío, y el que condena al justo, Ambos son igualmente abominación a Jehová.
Y como lo enseña el otro proverbio citado arriba, definitivamente al haber los romanos condenado al justo ellos se ganaron el odio de Dios.
Cristo refiriéndose a su regreso:
Mateo 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Ahora veamos en la profecía los sentimientos de Cristo en su regreso, nota como el odia a sus enemigos y que esos enemigos actúan como falsos profetas tomando el nombre de Dios en vano (es decir, para difundir falsedades por lucro o para promover la idolatría con pleno conocimiento de que se promueve la idolatría, pues los curas y los pastores han leído todo o gran parte de la Biblia, pero aún así ellos insisten en avalarla pese a las mentiras que ahí hay y que yo estoy denunciando delante de ustedes, miren la diferencia entre este humilde lector de la Biblia y esos arrogantes lectores de la Biblia!).
Salmos 139:19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío; Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios. 20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano tu nombre. 21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos? 22 Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos. 23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; 24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
La profecía en Salmos 139 deja en claro el odio que Cristo siente por sus enemigos al regresar de la muerte que él tuvo hace unos 2000 años en una cruz romana.
Salmos 58:1 Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres? 2 Antes en el corazón maquináis iniquidades; Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra. 3 Se apartaron los impíos desde la matriz; Se descarriaron hablando mentira desde que nacieron. 4 Veneno tienen como veneno de serpiente; Son como el áspid sordo que cierra su oído, 5 Que no oye la voz de los que encantan, Por más hábil que el encantador sea. 6 Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos. 7 Sean disipados como aguas que corren; Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos. 8 Pasen ellos como el caracol que se deslíe; Como el que nace muerto, no vean el sol. 9 Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos, Así vivos, así airados, los arrebatará él con tempestad.
Salmos 58:10 Se alegrará el justo cuando viere la venganza; Sus pies lavará en la sangre del impío.
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